soberania

Home
Contacto
soberania
concepto
concepcion de soberania
soberania popular
derecho internacional de soberania
popular
soberania nacional
soberania mas....
que es...
soberania y estado
para que sirve la soberania en el estado
noticias
derecho internacional
libro soberania
independientes soberanos
organizaciones
soberania alimentaria
historia
politicas
politica soberana de guatemala
paz soberana
actitud soberana
personas soberanas
derecho a la soberania
soberania personal
soberano
imagen
por la soberania
Soberanía Personal La cuestión de la soberanía personal es un tema que nos afecta a todos, individuos y sociedades, nos demos cuenta de ello o no. Entender esto nos puede ayudar a interpretar lo que ocurre dentro nuestro y a nuestro alrededor. Incrementar la soberanía puede cambiar radicalmente nuestra existencia. La palabra “soberano” significa tener suprema autoridad sobre algo o alguien y ser extremadamente efectivo y poderoso. Debido a ello, generalmente se la aplica a dioses, realeza y gobiernos. Aludimos a los reyes y reinas como soberanos (aún cuando sólo se trate de reinados figurativos) y hablamos de los derechos soberanos de las naciones y estados. La soberanía personal implica entonces, el poder y la autoridad intrínsecos del individuo para determinar su propia dirección y destino. Si ello suena sospechosamente a libre albedrío, es porque soberanía personal y libre albedrío son la misma cosa. Así como soberanía nacional quiere decir tener poder y derecho para tomar decisiones y llevar a cabo acciones de interés nacional, sin ser forzado a ello por otras naciones, de la misma manera, ser una persona soberana significa ser capaz de elegir las propias acciones y reacciones, sin ser forzado a ello por otras personas. Dependiendo del grado en que se halle presente el libre albedrío en todas estas decisiones, tanto personales como nacionales, es que existe o no soberanía. Aún cuando la soberanía también implica tener poder y ser efectivo, de ello no se deduce que una vez que uno la tiene puede hacer con ella lo que guste. Ya se trate de una nación o de una persona, debe considerarse también la soberanía de otros. Por supuesto, tu puedes tratar de disminuir o destruir la soberanía de los demás para obtener lo que quieres, como a veces hacen algunas personas y naciones, pero la experiencia humana muestra que, generalmente, se puede lograr más a través de la cooperación que de la conquista. En última instancia, no obstante, cada uno tiene tanta soberanía como la que puede demostrar. Tener derechos soberanos y ser soberano no es lo mismo. La manera de aumentar tu soberanía personal es aumentando el uso de tu libre albedrío o voluntad. La manera de hacer esto último es decidiendo por ti mismo las acciones a seguir y las reacciones que vas a tener en una situación dada, y decidir también por ti mismo cómo vas a interpretar tus acciones y reacciones, decidir si son elegidas libremente o no. Por ejemplo, si trabajas para alguien y te ordenan hacer una tarea displacentera, puedes sentirlo como si hubieras perdido algo de tu libre albedrío. Pero además de recordar que siempre puedes renunciar a ese trabajo, también puedes decidir que no estás trabajando para tu jefe; que estás brindando un servicio compensado, y que puedes decidir hacer la tarea porque así lo eliges y no porque te la ordenaron. El punto es que siempre puedes elegir tus acciones y reacciones. Manténte alerta, sin embargo. La soberanía personal tiene un alto precio. Se lo llama responsabilidad personal. A medida que aumenta el uso de tu libre albedrío, también aumenta tu responsabilidad por tus propias acciones y reacciones. Auméntela lo suficiente y no serás capaz de culpar a tus padres, tus enemigos, tus amigos, tus amantes o cónyugue, la sociedad, el destino, Satán o Dios por nada que tenga que ver con tu experiencia. Si mucha gente incrementara su responsabilidad personal, sobrevendrían cambios impresionantes en nuestra sociedad. Desaparecerían relaciones co-dependientes y manipulativas, una incontable cantidad de abogados de pleitos tendrían que encontrar nuevas profesiones, a los políticos se los responsabilizaría por sus decisiones; las compañías de seguro tendrían que cambiar muchas de sus cláusulas; gentes de diferentes credos serían más tolerantes unos con otros, la humanidad actuaría más desde el amor que desde el miedo... Ahora bien, qué clase de mundo sería ese?
 

Hoy habia 19 visitantes (22 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
jennifer chiquin Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis